Hoy hablaremos un poco sobre las afecciones oculares habituales en perros, sus causas y soluciones. En verdad el perro pequeños suele tener más problemas en la zona de los ojos por el estar a ras del suelo, ya que el viento, el polvo, las plantas, etc. Su pequeña altura facilita el que pueda introducirse cualquier cuerpo extraño dentro del ojo, a la par que puede verse afectado por los vapores químicos de los productos de limpieza, o incluso, ser más propenso a los accidentes por estar jugando con otros perros o animales. Hay también otros motivos, como los genéticos, por lo que puede haber mayor incidencia de ciertas enfermedades en una raza que en otra.

Estas son pues, las afecciones oculares en perros más habituales:

  • Prolapso de la glándula lacrimal del tercer párpado, encantis o ojo de cereza

Es habitual entre los perros de raza pequeña, y es visible a simple vista. Se trata de una inflamación del tercer párpado, del que carecemos los humanos, con un aspecto de un hueso de cereza blando junto al lagrimal de uno u ambos ojos del perro. Es una afección cuyo origen aún no está claro, pero parece que pudiera haber un componente genético o  congénito. Hay ciertas razas que son más propensas a padecerlo, aunque ni el Shih Tzu ni el Bichon Maltés tienen una incidencia alta en ello. Incluso un golpe o arañazo en la zona, puede ser suficiente para se rompan los ligamentos que mantienen unido la glándula lagrimal al tercer párpado y que aparezca esta anomalía.

Aunque es muy aparatosa, esta afección no tiene especial gravedad, sobre todo si va y viene. No sufre dolor, pero sí es molesto para los perros, por lo que podría intentar frotarse los ojos o restregarse con el suelo. Un cabezal sería adecuado si vemos que se pone muy nervioso. En los casos esporádicos, en los que aparece y desaparece, un leve masaje y colirio podría ser suficiente para que volviera a su estado normal. Pero habría que contemplar la cirugía en los casos en los que permanecen hinchadas durante semanas,  ya que pueden padecer otros efectos secundarios derivados de esta. Esto es debido a que el tercer parpado es parte del responsable de humectar el ojo, y al no funcionar correctamente, pudiera haber irritación o conjuntivitis en la zona.

  • Conjuntivitis

Sería la afección más común entre los perros. Puede ser un padecimiento por si mismo o un síntoma de otras enfermedades, y en todos los casos requerirá de una visita al veterinario (mejor al especialista en oftalmología animal) para que nos recete el tratamiento más adecuado a nuestro caso.

La conjuntivitis es si misma no es más que la inflamación de los parpados y la membrana conjuntiva (una delgada membrana transparente que recubre toda la parte blanca del ojo). Al irritarse el ojo, esta membrana muestra una coloración rojiza, pica y provoca un aumento de la lágrima que deriva también en aumento de legañas. Es un problema perceptible a simple vista y sus causas pueden ser múltiples: desde la introducción accidental de un objeto extraño en el ojo (polvo, arena, espigas, hojas) hasta una infección bacteriana o vírica. Es también habitual cuando el perro sufre de alergias ambientales (estas pueden ser pasajeras o estacionales), o si sufre del síndrome del ojo seco, del que hablaremos después.

Dependiendo del tratamiento, deberemos de poner un cabezal a nuestro pequeño, ya que intentará frotarse los ojos por las molestias, y darle un tratamiento de colirio específico. Los remedios caseros como la infusión de manzanilla están contraindicados ya que pueden causar un aumento de la irritación. Un buen aseo de los ojos es primordial para evitar problemas de conjuntivitis a futuro.

  • Queratoconjuntivitis seca o síndrome del ojo seco

Es un síndrome muy molesto causado por una falta de lubricación en el ojo. Es muy parecido a la conjuntivitis en cuanto a sus síntomas: rojez, inflamación, legañas, lágrimeo, fotofobia y picor, pero esta reviste de una mayor complejidad. En caso de no tratarlo correctamente nuestro perro podría perder la vista. Es una patología compleja y crónica, que requiere en todos los casos un seguimiento continuado por el veterinario.

Es  causado por un deficiencia de lágrimas, o por la inflamación del párpado, y su origen es muy diverso: diabetes, hipotiroidismo, vejez, operaciones oculares, alergias, algunos medicamentos y colirios, alimentación, excesivo calor o viento… Hay también un componente genético predispuesto en las razas braquicéfalas debido a la exposición protuberante de los ojos, sobre todo en los Carlinos y Bulldogs Franceses. Aún así, es relativamente normal en cualquier raza de perro y esta es una de las afecciones más habituales en las consultas veterinarias.

Habitualmente se suele mantener controlado con una buena alimentación, colirios y en los casos más graves, con cirugía.

  • Epífora

El lagrimear es normal en todas las razas de perros, pero un exceso de ellas puede ser indicador de alguna anomalía. Esta es llamada epífora, cuando un exceso de lágrima cae hacia el exterior del ojo, y produce una mancha marrón por debajo de él. Esa mancha marrón es debido al poder oxidativo de las lágrimas y por lo general no supone ningún problema. Pero si hay un exceso o aparecen problemas de piel causada por ello, deberemos hacer una visita al veterinario para que nos confirme el diagnóstico y posible tratamiento.

En la mayoría de los casos en debido a una obstrucción de los conductos lagrimales. Estos conductos son parte del sistema nasolagrimal, y conectan el ojo con la nariz. En una situación normal, el exceso de lágrima caería por este conducto, pero si está obstruido, se desborda por el ojo. Su causa puede ser debido a una ausencia de la agenesia (punto del lagrimal), por motivos genéticos, enfermedades de los párpados o por entropión ( o relacionadas con las pestañas). También puede deberse a un aumento de la lágrima tal, causada por una alergia o infección, que el conducto no es capaz de reconducir toda la lágrima.

Es más habitual en perros de raza pequeña, como el pequinés. Antes de dar un tratamiento habría que encontrar la causa de esta, y puede abarcar desde limpiezas oculares con suero fisiológico, cremas antibióticas para la irritación de  la piel, hasta pequeñas cirugías.

  • Úlceras corneales

Las úlceras son heridas en el ojo, causadas por traumatismos, infecciones, o sequedad ocular. La causa más habitual es la introducción de un cuerpo extraño en el ojo, como ramitas, espigas o arena; y sus síntomas son: rojez, mala visión, rascado continuado, secreciones, ojos lloroso y fotofobia, así como en los casos más graves una película blanca en la zona de impacto.

Suele ser suficiente con un colirio específico para el tipo de úlcera que tenga nuestro pequeño, así como un cabezal para evitar que siga rascándose el ojo y agrave la situación. La peor situación sería la de una perforación de la córnea, que conllevaría la perdida del ojo, por lo que antes de llegar a esa situación el veterinario podrá sugerirte someterle a una pequeña intervención para cerrarle el ojo (cosiendole los párpados interiores) y darle tiempo a que se cure. Una vez curada, volverá a su vida normal, sin que por lo general le quede ninguna cicatriz. Esta es una de las afecciones oculares en perros más habitual.

  • Uveítis

La uveitis es la inflamación de la uvea (la capa vascular de ojo que está compuesta del iris, el cuerpo ciliar y las coroides) y puede ser un mal por si mismo o parte de los síntomas de otros padecimientos. No es fácil identificar el origen, y en muchos casos se la describe como idiopática. Puede ser debido a un golpe, una infección o a una inmunodeficiencia.  Pueden tener que ver hongos, bacterias, algas, protozoos, parásitos o neoplásico. Es por ello que detectar el origen es importante para poder dar un buen tratamiento.

Los síntomas son muy parecidos al resto de afecciones (dolor, irritación, lagrimeo, fotofobia) y se le añade alguno más de cosecha propia: cambio de color en el iris, congestión de los vasos ciliares, miosis (cambio del tamaño de la pupila), hifema (presencia de sangre en la cámara anterior del ojo), enolftamos (desplazamiento del ojo hacia el interior de la cavidad), edemas corneales, y la disminución de la visión. Ante cualquiera de estos síntomas, es mejor ir lo más rápido posible al veterinario.

  • Queratitis

Es la inflamación del ojo debido a una infección, causada normalmente por bacterias, aunque también puede tener su origen en arañazos o heridas infectadas. Los síntomas habituales son la rojez, la necesidad de rascarse, fotofobia, lagrimeo, y/o ojo turbio. De ser bacteriana será necesario el uso de antibióticos, y aunque no es una dolencia grave, en caso de no tratarlo el perro puede llegar a perder la vista.

  • Blefaritis

Es la inflamación del borde del ojo, la inflamación del párpado debido a la proliferación de las bacterias, causas inmunomediadas (alergias), traumatismos o parásitos. Habrá que realizar un estudio preliminar para dar con el tratamiento adecuado.  En los casos mas leves, una limpieza adecuada del ojo será suficiente.

Entre sus síntomas se encuentran el lagrimeo excesivo, costra en el borde del ojo, enrojecimiento, picor e inflamación del párpado. Puede derivar a otras patologías como úlceras, queratitis o conjuntivitis si no se trata adecuadamente. Por otro lado, otras enfermedades como la leishmaniosis o la sarna pueden causarla igualmente.

  • Entropión

Es una malformación de los párpados, en el cuál este se enrolla hacia el interior haciendo que los pelos rocen con la córnea del ojo, causándole gran irritación y dolor al perro. Es mas habitual en los párpados inferiores, aunque puede producirse en cualquier parte. Si no se trata, puede causar a largo plazo infecciones, úlceras o incluso ceguera.

Su causa puede ser congénita (sobre todo en ciertas razas, como el labrador) o ambiental, y suele darse más en perros jóvenes. Los síntomas más comunes son el lagrimeo, el párpado enrollado sobre si mismo, irritación, queratitis, úlceras, o incluso depresión. El único tratamiento es la cirugía (colocación de puntos, inyección de ácido hialurónico o la cirugía de párpados) aunque hay tratamiento para paliar los síntomas.

  • Prolapso ocular

Sin duda, una situación de los más desagradable. Esta es una urgencia veterinaria en el que el tiempo corre en nuestra contra. Es una afección por desgracia bastante habitual, en el cuál el ojo se prolapsa y sale de su órbita, pudiendo incluso a salirse por completo. No puede volver a introducirse sola, ya que lo suele acompañar una inflamación del ojo y los párpados. Requiere en todos los casos de cirugía de urgencia, con anestesia general. El prolapso es causa habitual de golpes traumáticos o peleas/juegos entre perros; y es más habitual en razas de perro de ojos saltones o braquicéfalos, como el Bulldog Francés, Chihuahua o Carlino.

En caso de reaccionar rápidamente y de mantener el ojo prolapsado lo suficientemente húmedo (con suero fisiológico o gotas oculares humectantes) mientras nos desplazamos al hospital veterinario más cercano, podría no perder la visión o el ojo. Pero si su visión o la estructura del ojo está comprometida, podría ser necesaria la enucleación (quitar el ojo). Así que mientras le llevamos no debemos tocar el ojo con las manos desnudas. De hacerlo, siempre con las manos bien lavadas para no provocar úlceras, laceraciones o infecciones secundarias. Una vez realizada la cirugía de recolocación dentro de la cavidad ocular, le cerrarán el ojo (cosiendo el tercer párpado) hasta que baje la inflamación. Le colocarán además un collar isabelinopara que no se frote el ojo. Podría ser necesaria medicación adicional hasta su recuperación.

Como hemos visto, las afecciones oculares en perros no son fáciles de diagnosticar. En todos los casos requiere de consulta veterinaria, a poder ser con un especialista. Algunas de ellas podrían ser leves si se le da el tratamiento rápidamente. Con toda seguridad pueden aparecer alguna vez en toda la vida de nuestro perro, por lo que es mejor conocerlas para saber identificarlas.

¿Cuál es vuestra experiencia? ¿Vuestros pequeños han tenido algún problema ocular? Cuéntanos tu historia en los comentarios.