La ansiedad por separación en perros un trastorno del comportamiento. Es causado por múltiples factores, creándoles preocupación y miedo excesivos a alejarse de sus seres queridos. Es un estado de estrés constante, que en los casos más extremos pueden llegar a la autolesión.

Las nuevas tendencias sociales hace que cada vez haya más perros y menos niños. Entregamos todo nuestro amor a los animales de compañía, pues ellos se lo merecen; pero a veces pecamos en exceso y eso acaba causándoles trastornos psicológicos y a veces hasta físicos. No hay que amar mucho, hay que amar bien.  Desgraciadamente, casi el 40% de los perros en España sufren de este tipo de trastornos, siendo el de la ansiedad por separación el más habitual. Hay otros, como el Síndrome del Perro Pequeño, que pueden confundirse con este porque al fin y al cabo, todos tienen una sintomatología parecida .

Es más habitual en perros de raza pequeña, pero no hay que descuidar a los perros de razas grandes; pues la destrucción que pueden causar es mas preocupante. Según este estudio, es más normal en machos que en hembras (aunque es una muestra demasiado pequeña para poder aseverarlo). La edad y la raza no influyen en general, pero a perritos más nerviosos o razas más nerviosas, es más habitual que puedan padecerla. El Bichon Maltés por ejemplo es más proclive que el Shih Tzu.

Es también más habituales en perros que se encuentran solos, sin compañía de otros animales. Esto parece basarse en el hecho de que en el mundo animal los cánidos son animales grupales en el que cada cual tiene su función. Estar solo puede ser peligroso, por lo que el estrés que sienten al marcharse el dueño puede ser debido a ello. El apego es una forma de supervivencia, y el tomar a una persona/perro como figura a la que seguir, les da tranquilidad. Que la figura desaparezca, les produce miedo. Tampoco ha ayudado la domesticación del perro en todo este asunto, pues durante siglos se ha premiado la sumisión y el apego al humano.

Hay varios grados en la ansiedad por separación en perros, en función del origen de esa ansiedad; y según del grado, se requerirá un tratamiento u otro. Dependiendo del comportamiento mostrado, podría necesitar de ayuda profesional o incluso de fármacos complementarios. Los síntomas pueden variar desde alteraciones en su forma de ser, mostrar comportamientos indeseados, hasta disponer de síntomas físicos que afecten directamente a su salud.

El desentonante suele ser que se le deje solo en casa. Los perros en ese caso son incapaces de manejar esa soledad. Se crea un apego a los miembros de la familia que es malsana, y siente una necesidad de estar acompañado por ellos a todas horas.

 

Síntomas de la ansiedad por separación en perros

Los síntomas más habituales son:

  • Ladrido excesivo: llorar, aullar, ladrar durante horas.
  • Mordida del mobiliario.
  • Comportamiento destructivo: Destrozo de su cama u otros objetos de la casa.
  • Rascado de la puerta de salida: Incluso podría llegar a arrancarse uñas en el proceso.
  • Micción incrontrolada.
  • Marcaje sobre camas y sofá.
  • Respiración acelerada, nerviosismo patente.
  • Babeo excesivo, suduración.
  • Vómitos y diarreas.
  • No comer o beber: puede incluso causarle anorexia.
  • Mostrarse apático.
  • Movimientos repetitivos: dar vuelta sobre si mismo, o realizando un recorrido parecido.
  • Automutilación: lamido excesivo hasta hacerse sangrar, morderse la cola, etc.

Tipos de Ansiedad por separación en perros

  • Hiperapego hacia el propietario. Es debido a una incorrecta educación por parte del propietario. Es el tipo más frecuente.
  • La separación prematura de su madre y sus hermanos. Os recordamos que la edad recomendada para adquirir un cachorro es de 3 meses.
  • Una separación larga de sus dueños (vacaciones, ingresos hospitalarios, fallecimiento, etc.)
  • Un estímulo negativo durante el tiempo que se encontraba solo. Un cohete, algo que se cayó, una robo en casa…
  • Cambios importantes en su vida (una mudanza, un nuevo miembro familiar, etc.)
  • Causado por factores hereditarios. Perros nerviosos suelen tener cachorros nerviosos.
  • Un vínculo inestable con su propietario (no hay afinidad entre ellos, o ha sufrido abandonos reiterados y no puede confiar fácilmente)

Dependiendo del tipo de hiperapego se necesitará un abordaje diferente. En los casos más graves, se recomienda que llaméis a un etólogo (un profesional del comportamiento de los perros, diferente de un adiestrador). Los mimos son muy necesarios, el amor es primordial. No dejéis de quererles o cogerles en brazos por miedo a crear este tipo de trastorno. Un buen vínculo entre perro y dueño es la base para una buena vida compartida. La ansiedad por separación se crea por otro tipo de factores: no enseñarle a quedarse solo, estar diciendo algo con la boca pero no con el cuerpo, no ser firme en las órdenes…

Nuestros trucos para combatir la ansiedad por separación en perros

Hay múltiples estudios sobre la ansiedad por separación. Cada experto tiene su opinión, aunque estudios modernos como este en inglés indican que se coincide que nuestro comportamiento puede afectar a la ansiedad de nuestros perros. No creemos que se pueda generalizar a todas las razas ni a todos los perros, cada uno tenemos nuestra forma de ser. Es por ello que no vamos a dar recomendaciones específicas para tratarlos, pero si os hablaremos de nuestros pequeños trucos que la experiencia nos ha mostrado que funcionan casi siempre. Tener en cuenta que es mucho más fácil empezar cuando aún es cachorro.

  • Dejarle en una habitación cada dos horas, diez minutos en solitario. E ir incrementando el tiempo, a 20 minutos, 30 minutos cada vez. Repetirlo al menos durante una semana. No hacer caso a sus lloros ni quejas en ese tiempo. Se le deja con su cama, juguetes. Y no despedirse ni saludarle efusivamente después, normalizar la situación con tranquilidad. Tiene que aprender que un poco de frustración es aceptable.
  • Las primeras noches, no dejarle solo. Meterle en nuestra habitación, pero sin meterle en la cama. Llevar su cama y sus juguetes, y cuando llore, darle un mano pero no levantarse ni hablarle. Ponerle un juguete, una camiseta usada o un peluche con el que se sienta cómodo. A medida que crezca, podremos llevarle a otra habitación si lo deseamos o meterle en nuestra cama.
  • No despedirse ni saludarle cuando nos marchamos de casa con efusividad. Realizar la misma rutina de siempre, eso les ayudará a comprender que va a pasar y prepararse para ello. Se le pude decir adiós con tranquilidad, pero sin poner voz de pito.
  • Darle una correcta socialización. Los perros son sociables. Necesitan estar con otras personas, con otros perros, con otros animales. Buscar compañeros de juego y quedar en el parque o en casa con ellos al menos una vez por semana.
  • Darle la actividad adecuada. Igual que los humanos, el ejercicio en los perros tiene múltiples beneficios positivos: mejora el humor, aleja la depresión, controla la frustración…
  • No reñirle porque haya destrozado algo durante tu ausencia o porque haya hecho sus necesidades fuera de su sitio. El perro no comprende el concepto del tiempo. No puede entender que hizo algo malo «antes». Sólo se le puede regañar si está realizando el acto «ahora», porque de otro modo, él no puede vincular la «bronca» al acto no deseado. Y eso le puede causar nerviosismo e inseguridad.
  • No responder al perro cuando está en un estado de agitación excesivo. Esperar a que se calme antes de acariciarle o alabarle. Incluso durante el juego.

El uso de feromonas, terapias conductuales o psicofármacos  siempre deberán ser prescritos por un veterinario. Y siempre serán complementarias, a ser posible a corto plazo. Durante el confinamiento, hubo muchos más casos de ansiedad por separación que nunca, debido al mayor tiempo que dedicamos a estar con nuestros compañeros de cuatro patas. Les hizo feliz en un primer momento, pero después repercutió negativamente cuando hubo que volver a la normalidad. Podéis leer la opinión de una etóloga experta al respecto aquí.

La corrección de este trastorno es complejo, y se dificulta cuanto más tiempo pasa. Es por ello por ejemplo que perros que han estado encerrados mucho tiempo, suelen caminar durante horas por la misma pared, en un paseo infinito y poco saludable. no se conseguirán resultados de la noche a la mañana. Todos en la casa deben de tomar la responsabilidad y cumplir las reglas. Hay que ser constantes o no funcionará. Así mismo, se debería hacer una visita al veterinario para descartar anomalías físicas que pudieran responder a esos cambios de comportamiento o síntomas físicos. Y sobre la introducción de un segundo animal, no se suele recomendar hasta haber modificado la conducta del primero. De otro modo, se puede dar el caso de que copie el comportamiento del primero y tengamos dos problemas entre manos.