La coprofagia es un comportamiento natural que se da en muchos animales, y entre ellos, los perros. En muchos casos responde a una necesidad nutricional, en otras a una conducta irracional, y según las últimas teorías, es un imperativo de la supervivencia de la especie.
Antes de ver los diferentes motivos por los que nuestro perro podría comer heces, vamos a tranquilizarnos sobre este aspecto. No va a acabarse el mundo porque nuestro perro lo haga una vez. O dos o tres a lo largo de su vida. Con una buena desparasitación y una correcta vacunación, protegemos a nuestro compañero de las posibles complicaciones y contagios derivados de comer las cacas de otros animales (no tienen por qué ser de perros, cualquiera incluidas las humanas pueden parecerles apetecibles).
Estudios realizados por varias universidades (más info en los enlaces al final del post) indican que los perros prefieren las heces frescas, de menos de dos días; y que puede ser un comportamiento esporádico, o fijación por un solo tipo de heces. El 16% de los perros encuestados comían heces frecuentemente, pero es que el 85% lo había hecho alguna vez. Es por esto, un comportamiento muy habitual entre los perros y no debe alarmarnos.
Eso sí, es un comportamiento bastante asqueroso y poco higiénico, que deberemos de evitar poniendo diferentes soluciones.
Teorías
1-Necesidad nutricional.
Muchos de los animales que se alimentan de heces realizan la llamada segunda digestión. El sistema gastrointestinal no es 100% efectivo, sobre todo en herbívoros. Es por ello que comer sus propias heces es más provechoso si hablamos de nutrición (el caso más conocido, los conejos). En el caso del perro se ha dicho de manera inexacta que es motivo de falta de vitaminas. Sí que es cierto que una mala alimentación, llena de grasas o excesivamente astringente puede provocar un déficit de ciertas vitaminas y minerales; y fomentar este tipo de comportamientos.
También es cierto que existen enfermedades como la deficiencia de una enzima o la infección pancreática que provocarán en nuestro animal la necesidad de comer las heces que acaba de digerir.
2-Conducta aprehendida y/o causadas por estrés
En este grupo tenemos los comportamientos que pueden causar esta anomalía y que pueden ser múltiples.
- ·Conducta aprendida de las madres, cuando de cachorros comen las heces de los cachorros para mantenerlos limpios a ellos y los alrededores. Los protege de esta manera de infecciones, parásitos y posibles depredadores que lleguen a ellos a través del olor. También se da la conducta aprendida entre los perros que llegan a una nueva casa y copia el comportamiento del primero.
- Conducta por ansiedad o estrés, causado por un tiempo demasiado largo de estar solo, aburrimiento y/o encerrado en un lugar pequeño. Estas conductas son de complicada solución si no se pone remedio inmediatamente.
- Conducta de miedo por regañinas. Estas son causadas por chillar o frotar el morro del perro contra las heces cuando este las hace fuera de su lugar. El perro aprende que las heces disgustan a sus dueños y comienzan a esconderlos, incluso a comérselos para hacerlos desaparecer y evitar otra bronca.
3-Instinto. Evitar parasitosis
Esta es una teoría nueva, que desde hace poco de diez años se ha estado oyendo más. Se cree que una ingesta de las heces en el terreno que habitualmente se encuentra el animal, evita que los ovoquistes que hubiera en él eclosionen. De esta manera mantienen el lugar en el que viven sin los molestos parásitos.
Otra pauta del instinto es que los perros han sido durante siglos no solo carnívoros sino también carroñeros. Su olfato es muy fino y detecta hasta la comida semi digerida en las heces. Es por eso que si ha comido algo realmente apetecible y lo vuelve a oler en sus heces no va a tener remordimientos en devolverlo a su estómago. Además no debemos olvidar que la comida regurgitada es el primer alimento que toman cuando son cachorros, y las cacas en aspecto y consistencia, son muy parecidas.
Soluciones
Estas soluciones son para aquellos perros que presenten un comportamiento crónico y queramos darle solución. Una ingesta muy esporádica no necesitará de correcciones, aunque son igualmente válidas para reforzar las ideas en nuestra mascota.
- Ser siempre educadores en positivo. Obviar lo inadecuado o no deseable y premiar lo bueno. No debemos ni golpear ni frotar su nariz contra las heces. No ponerse histéricos ya que como hemos dicho más arriba, es una cosa muy habitual y lógica dentro del reino animal.
- Existen en el mercado productos alimenticios que cambian el sabor de las heces. Pero solo se percibió un cambio de comportamiento entre un 2 y un 8% de los que utilizaron este tipo de productos y siempre a corto plazo.
- Recoger las heces lo más rápidos posible, pero sabemos que no siempre es posible, sobre todo si se encuentra largos tiempos solo en casa. En los parques es recomendable usar el bozal como correctivos si ocurre muchas veces.
- Llevar nuestro perro al veterinario para que le haga un examen completo y descartar los factores que afectan a su salud.
Os dejamos un listado de artículos con mucha más información. Esperemos que os resulte útil:
http://www.foyel.com/paginas/2009/09/770/la_coprofagia_en_los_animales/
http://www.etologiaveterinaria.net/la-coprofagia-o-por-qu%C3%A9-mi-perro-se-come-las-cacas/
https://estaticos.qdq.com/swdata/files/909/909174635/coprofagia.pdf
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