Hoy hablaremos sobre el cuidado del perro senior. Envejecer es uno de los procesos naturales a los que tenemos que hacer frente todos los seres vivos. Incluso, aunque nos pese, nuestros compañeros de cuatro patas. Hay que estar preparado para cuando llegue esta etapa, y saber a qué nos enfrentamos. Conseguir en la vejez una mayor calidad de vida y aumentar su esperanza de vida deben ser nuestro objetivo, y con la prevención obtendremos mejores resultados.

Un perro senior o anciano empieza a serlo a partir de los diez años de edad de media. En los perros grandes o gigantes, esto ocurre sobre los 8-9 años, y en los pequeños, sobre los 11-12 años. Cada perro es diferente y deberemos estar atentos a los síntomas de vejez que puedan indicarnos cuando actuar.

1-Cambio de Alimentación

Cuando comienzan a envejecer, nuestros peques necesitan de otro tipo de alimentación, diferente al que hayamos estado ofreciéndole. No necesitan de tanta energía por lo que comerán menos grasa, pero sí necesitará de ácidos grasos y vitaminas, que mantendrán su sistema inmunitario alto.  Si estábamos dándole comida casera, podremos seguir realizándolo con un apropiado control veterinario. Posiblemente os recomendará un complemento alimenticio para llegar a cubrir todas sus necesidades.

Los gustos de nuestra mascota pueden haber cambiado, y ser más selectivo en lo que quiere comer. Se le puede ofrecer piensos de diferentes marcas hasta encontrar aquel con el que se encuentre más a gusto.

Sobre los “premios” o “chuches” deberemos limitarlos lo máximo posible, ya que en su mayoría contienen excipientes o colorantes que podrían llegar a afectar su tránsito intestinal.

Una cosa igual de importante es el agua. Siempre debe estar a su alcance, y ser fácilmente localizable. Muchos de los problemas físicos de nuestros peques lo causa la dehidratación. Hay que asegurarse de que nuestro ancianito esté bien hidratado.

2.- Control de peso

El control de peso es muy importante en esta etapa.  Las articulaciones de nuestro perro estarán más desgastadas y le supondrá un esfuerzo y dolor extra en caso de que sufriera de sobrepeso.  El cambio de alimentación junto con el ejercicio moderado serán tus aliados para mantenerle en su peso ideal.

Hay que tener en cuenta que el cuerpo de nuestro amigo cambia también cuando llega a la vejez, igual que ocurre con los humanos. El cuerpo ancha, coge más volumen en la zona abdominal, los pelos del hocico se vuelven blancos, y los dientes se le caen. No es la etapa más bonita de nuestros pequeños, pero hay que saber apreciarles en todas y cada una de ellas.

3.- Moderar el ejercicio

Hay que hacer ejercicio todos los días, lo necesita para no quedarse rígido y poco flexible. Un perro aletargado que además no se mueve en todo el día solo obtendrá una vejez más rápida y más dolor articular.

Lo ideal es sobre media hora, a paso rápido (no correr, no saltar) sobre suelos blandos como arena, o tierra. También es ideal la natación, ya que supone un peso menor sobre sus huesos y fortaleza músculos y articulaciones de todo el cuerpo.

Estar muy atento a cualquier signo de fatiga o mareo mientras se realizan estas actividades, y por supuesto, no realizarlas en las horas de mayor calor.

4.- Más visitas al veterinario

Un buen control veterinario nos ahorrará dinero y disgustos en el futuro. Así como los cachorros y los adultos sólo necesitan de un control anual, en los senior os recomendamos un control cada seis meses. Tu veterinario es el que tendrá la última palabra sobre las necesidades, tratamientos y pruebas que nuestro pequeño necesite.

Las complicaciones de los perros senior suelen ser las siguientes:

               -Problemas en huesos y articulaciones (Artritis o displasia)

               -Incontinencia

               -Sordera

               -Ceguera (cataratas)

               -Tumores

               -Demencia senil

               -Obesidad

               -Problemas renales

      -Problemas del corazón

      -Hipotiroidismo

5.- Mayor cuidado en el aseo

Nuestros compañeros en esta edad desarrollan algunos problemas que requerirán de aumentar su ase diario. Pueden tener problemas de piel (la más común son las alergias o dermatitis), en los oídos (ácaros, otitis, u hongos), en los dientes (gingivitis, caídas de piezas, halitosis, sarro… que además están relacionados con ataques al corazón), en los ojos (cataratas, úlceras) y en las glándulas anales.

Deberemos mantener todas estas partes limpias y bien cuidadas, si es necesario con ayuda de un profesional. Así mismo deberemos utilizar productos específicos para él, de buena calidad. Todo ello no solo hará nuestra convivencia más amena, ya que evitamos molestias y olores, sino también mantendrá a nuestro pequeño más tiempo sano y en buenas condiciones.

6.- Seguir manteniéndole activo

Hemos hablado de la actividad física pero no de la mental. La demencia senil en nuestros perros existe y es igual de desagradable que en los humanos. Con la edad, los perros pierden parte de la capacidad de utilizar la glucosa para el cerebro, por lo que se suele atrofiar y sufrir una pérdida de interés por lo que le rodea. Realizar los ejercicios de solía hacer de pequeño todos los días (dar la pata, traer la pelota, etc.) ayuda a mantener su mente en activo. Se le pueden ofrecer juguetes nuevos que contengan pienso en su interior o enseñarle nuevos trucos que ayuden a motivar su día.

Por otro lado, las costumbres y los horarios son muy beneficiosos ya que les equilibra y les quitan estrés. Hay que interactuar con él pero siguiendo el horario habitual que siempre ha vivido.

7.- Peor control de la temperatura corporal

Nuestros pequeños en esta edad pierden más fácilmente el calor corporal. La regulación no les funciona tan bien por lo que hay que mantenerles a una temperatura constate dentro de lo que cabe. En los momentos de mucho calor, se le ofrece abundante agua y camas de frío, así como lugares con sombre. En los momentos de frio, una fuente de calor, o un abrigo harán maravillas por nuestro pequeño. Hay que tener también mucho cuidado con el baño. Ya que podrán resfriarse o tener una bajada de defensas si no le secamos adecuadamente.

8.- Mayor necesidad de afecto

Hay algunos canes que en esta etapa requieren de mayor necesidad de afecto. Se vuelven más “pegajosos”, les gustan más los mimos que los juegos y preferirán estar en el sofá junto a ti que en cualquier otro lugar. Esto no es malo, pero hay que saber que es posible que cambie su comportamiento por esta necesidad: puede volverse más nervioso o inseguro, o llorar cuando le dejes solo. En vista de esto, podemos adaptarnos e intentar llevárnoslo al trabajo o dejarlo con alguien durante el día (una guardería canina o algún familiar) o incluso podemos plantearnos darle una compañía nueva. Un gato, u otro perro (preferiblemente ya adulto) podrán darse mutua compañía y aunque en un primer momento pueda sentirse desplazado, a largo plazo será muy beneficioso para él. Se sentirá acompañado, tendrá un compañero de juegos, y le mantendrá activo, como hemos hablado más arriba.