Comienza el repunte de primavera y el polen está en el aire, causando a más de uno que sus alergias se agudicen. Nuestros compañeros de cuatro patas pueden sufrir del mismo problema de alergias a plantas, sobre todo a la gramíneas. Pero hoy venimos a hablar de otro problema imprevisto cuyo desencadenante puede ser precisamente el polen. Es lo que comúnmente se le llama estornudo inverso o respiración inspiratoria paroxística.

¿Que es el estornudo inverso?

Es un ruido extraño producido por los perros (aunque otros animales también pueden tenerlo, como los gatos), causado por un espasmo muscular del cuello lo que hace que parezca que se ahoga o no puede respirar. No es un enfermedad, sino una situación bastante habitual, que puede darse más en los perros braquicéfalos como el Shih Tzu o el Pekinés, pero que no es exclusivo de estos. De echo, se reportan también una gran cantidad de casos entre los perros con tabique nasal largo, como los Yorkshires y los labradores.

El extraño sonido que producen es profundo, del fondo de la garganta, causado por el estrechamiento temporal de la traquea, un espasmo de la garganta y el paladar blando. Mientras se produce el perro se coloca con las cuatro patas rígidas y la cabeza baja, realizando un movimiento un tanto espasmódico que da la sensación de que fuera a vomitar. No es muy largo, suelen ser episodios de unos 30-40 segundos, y tras ellos nuestros peques siguen realizando su vida de manera normal. Es bastante inquietante verlo, pero por lo general son totalmente inofensivos y no son causa de ninguna patología o enfermedad. Sería el equivalente nuestro de estornudar o bostezar.

Como hemos comentado más arriba el polen puede ser un desencadenante, pero no es el único: el polvo, los ácaros, un objeto extraño que se haya introducido por el conducto nasal, un collar muy apretado, un mal golpe jugando, olores fuertes sobre todo de productos químicos, un resfriado o hasta la mera excitación.

¿Tiene solución?

El estornudo inverso no es un enfermedad, y por lo tanto no hay tratamiento. Es una característica típica con la que debemos saber convivir. Sabemos que es difícil de ignorar y muchas personas recomiendan diferentes técnicas para ayudarles a pasar el rato a nuestros compañeros de cuatro patas (masajear la nariz, acariciarle la espalda, taparles los agujeros de la nariz, soplarle la cara…), pero no es necesario y puede ser que sólo le pongamos más nerviosos. Lo mejor siempre será no alarmarles, y dejar que los pocos segundos que dura, pasen. Es también ideal saber identificar la causa que ha provocado esa situación y en la medida de lo posible, evitarlas.

En los casos en los que el estornudo inverso no es un estado sino un síntoma de algo más grave como una infección o un tumor, tu veterinario te indicará el tratamiento más adecuado. Pero estas patologías son raras, muy raras. Aún así, si vemos que se repite mucho la situación (varias veces al día por más de una semana), expulsa algún tipo de líquido por la nariz cuando le ocurre o está apático, deberíamos llevarle al veterinario para realizarle un chequeo y descartar las peores diagnósticos.

También recomendamos grabar estos episodios para enseñárselo a nuestro facultativo a la hora de la visita, ya que suele ser difícil que lo hagan nuevamente cuando estéis de visita.

Estornudo inverso y colapso traqueal

Mientras que el estornudo inverso es un situación bastante habitual que se da en los perros, el colapso traqueal es una enfermedad grave que requiere de tratamiento veterinario. Es poco habitual, y tiene diferentes grados (del 1 al 4 siendo el 4 el más grave) pero suele percibirse en perros de mediana edad de raza pequeña tipo caniche, yorkshire o pomeranias. Sufren del mismo tipo de tos profunda invertida desde la garganta pero su causa se encuentra en el cartílago en forma de anillos que componen la traquea, que por causa del tiempo se debilita y se estrecha provocando que poco a poco se colapse y que el perro no pueda respirar.

La principal diferencia es el tiempo, mientras que el estornudo inverso no suele superar el minuto, el colapso traqueal es más largo. Además, una vez el episodio pasa, el perro sigue afectado, sin poder respirar bien, medio desmayado o azul. Realiza también un sonido más sibilante al intentar introducir aire en sus pulmones por el estrecho pasadizo que quede dentro de su garganta. Se agrava con la edad y el ejercicio, por lo que si sospechamos que nuestro perro puede sufrir de esto, deberemos llevarle lo más rápido posible al veterinario. Se le recetará diferentes medicamentos y en los casos más graves será necesaria la cirugía.