Cuando esta semana pasada salimos al patio con los perros y lo vimos completamente lleno de escarcha, nos dimos cuenta de que hay otro enemigo oculto del que no os habíamos hablado aún en este blog: el frio en los perros.
Tan letal como pueden ser las enfermedades víricas; y tan poco conocido como los parásitos, este enemigo de nuestros perros es real y debemos saber cómo hacerle frente.
¿Cuál es la temperatura ideal para mi perro?
En principio, los perros grandes y con mucho pelaje están más protegidos contra el frio, ya que su propio manto y sus características físicas los ha evolucionado en ese sentido. Pero aun así, pueden ser igualmente sensibles y necesitarán de cuidados tanto como los perros de raza pequeña
En este gráfico podemos ver la temperatura ideal para los perros de diferentes tamaños, pero estas varían muchísimo de una raza a otra. Tomamos como ejemplos a los Chihuahuas y los Shih Tzus. La primera originalmente de pelo corto y de un país cálido (México) tolera mucho peor el frio al Shih Tzu, que proviene de dos razas (Pekinés Imperial y Lapsa Apsho, ambas de pelo largo) que viven en climas fríos.
Otra variación curiosa de las tablas es el color: los perros oscuros pueden mantener mejor el calor ya que reciben y almacenan de manera más eficaz el calor proveniente de los rayos del sol. Los perros blancos en cambios, reflejan la luz solar y reciben mucho menos calor.
La siguiente tabla está creada por el Gobierno de España según los datos de los Veterinarios de la Universidad de Tuts para ayudarnos a entender un poco cuanto frio puede soportar de media un perro dependiendo de su corpulencia.

Un riesgo para la salud
Pero ¿por qué es tan peligroso? El frio puede hacer que baje la temperatura de nuestros perros causando hipotermia, al igual que en nosotros mismos. La temperatura de un perro adulto puede oscilar entre los 38º y los 39ºC. Se considera hipotermia cuando esta temperatura baja hasta los 32ºC y es severa cuando es menor a 28ºC. Si el cuerpo no es capaz de mantener su temperatura, afecta al corazón, al flujo de la sangre y la respiración, causando a corto plazo un fallo multiorgánico.
Algunos de los síntomas de la hipotermia son la debilidad, los temblores, la torpeza, la rigidez muscular, dificultad para respirar, pupilas dilatadas y pulso lento. Pueden llegar a caer en coma y finalmente la muerte. Es por eso que debemos poner soluciones antes, y tener presente que es un peligro más a tener en cuenta en su día a día.
Sin llegar a estos extremos, la hipotermia no es el único peligro. Si nuestro perro corre sobre la nieve mucho tiempo, las almohadillas pueden llegar a cuarteársele (frio + humedad= mala combinación) y esto provocarle mucho dolor. Curar estas heridas en las patas es de lo más complicado, así que nuevamente lo mejor es la prevención. Hay cremas hidratantes específicas para perros, calcetines y botines que aunque incómodos, serán la mejor idea para nuestro compañero perruno si planeamos hacer ciertas salidas a la nieve.
Otro peligro más es la ceguera causada por la queratitis solar, una acción provocada por el reflejo del sol sobre la nieve que llega directamente a los ojos. Los que creen que no es para tanto, saber que la arena sólo refleja entre un 10% y un 25%, el agua un 20% y la nieve un 80% de la luz solar. Si además estamos en la montaña, por encima de los mil metros de altitud, la proporción de luz ultravioleta aumenta un 10%. Ponerle gafas de sol ya no parece tan ridículo, ¿verdad?
¿Está mal ponerle un abrigo a los perros?
Y es que en muchos casos, el problema viene dado por la gente que piensa que ponerle una abriguito al perro es una cosa ridícula. Los perros no tienen sentido del ridículo, pero los humanos sí, y como siempre, tendemos a humanizar a nuestros compañeros. Un abrigo será un abrigo, tanto para él como para nosotros, y hay que ponérselo si el tiempo lo requiere. Su pelaje puede o no ser suficiente, pero lo que es seguro es que debido a la calefacción de nuestros hogares, el reloj interno de nuestros animales está desequilibrado y no pueden realizar las mudas de pelo de manera correcta.
Es nuestra obligación pues, proporcionarles el abrigo que naturalmente no han podido desarrollar (siempre hablando de perros de pelo largo y con mudas de pelo, como el Shih Tzu. El Bichon Maltés por ejemplo no tiene muda, y siempre deberá llevar el extra de abrigo).
Consejos para cuidar su salud
Así que atentos a estos consejos si vemos a nuestro perro más lento, rígido, temblando, dormilón o respira con dificultad:
- NO podemos dejar a nuestro perro viviendo en la caseta del jardín. Chitón. Es invierno, hace frio, y está en peligro su salud. Mucho menos, si nuestros perro es pequeño, cachorro o senior. Estos tres regulan mucho peor la temperatura, y pueden desarrollar enfermedades derivadas al frio: tos de las perreras, pulmonías, afonía, artrosis, etc. Y eso dejando a un lado las múltiples leyes que están redactándose en las comunidades autónomas y en Europa sobre materia de protección animal que prohíben el tener un perro viviendo en la calle, atado durante horas.
- Cuando salgamos a la calle, vigilaremos la temperatura. Es recomendable siempre salir cuando aún haya luz/sol. Olvidamos totalmente salir cuando haya ventisca (¡también por nuestra salud!). Si hace tanto frio como para ponernos un buen abrigo, se lo pondremos a él también. Si llueve, chubasquero. Y si hay nieve, le pondremos su crema hidratante en las almohadillas o sus botitas, y si es una salida larga por la nieve, sus gafas de sol.
- No le dejaremos comer nieve.
- Una vez dentro de casa, se le secará completamente, totalmente. Incluidas las orejas, a las que tendemos a olvidar. Las orejas son uno de los puntos del cuerpo que pierden calor más rápido y se quedan frías. Si además tienen humedad, es un punto estratégico para otro foco de problemas: infecciones de oído, infestaciones de ácaros o levaduras. Vigilamos que no haya un exceso de pelo en el oído que empeore la ventilación del canal.
- Aumentar su dosis de comida en invierno. Se suele recomendar sobre un 10% más de calorías diarias. Es normal que engorde un poco en esta época del año. En nuestro caso, tomando el peso en invierno y verano, encontramos diferencias en nuestros perros de casi un kilo (un 20% del total de su peso) que varía de una temporada a otra. Es normal, y no debemos preocuparnos.
- No le afeites en invierno, estás privándole de su manto y aceites naturales. Los baños deberán ser más espaciados, y en todo caso, cuando haya calor en el hogar. Y nuevamente, secarles completamente
- Nuestro perro deberá tener un lugar calentito en la casa, lejos de las corrientes de aire, lejos de ventanas y puertas, con una cama mullida y cálida, aislante del suelo. Si es necesario porque vivimos en un lugar frio y no tenemos calefacción, deberá llevar un jersey también dentro de la casa.
- Ponerles cerca de estufas puede parecer buena idea, pero también es peligroso, ya que inconscientemente pueden acabar con quemaduras o incluso provocar incendios. Hay en el mercado placas de calor, específicas para perros, pero siempre recomiendan la vigilancia cuando se utilizan.
- Por último, recordar que los perros pequeños al estar más cerca del suelo, son también más vulnerables ante el suelo frio. Pierden calor más rápidamente.
Está claro que en un lugar como Bilbao, donde la media de temperatura es de entre 8º y 15º C en invierno y no suele nevar, estas indicaciones no serán tan necesarias. Pero si vives en Vitoria, donde lo habitual es entre 1º y 10º C, o en Burgos, con hasta -10º grados…
Ya hemos visto lo que el frio puede hacer en nuestro pequeño. Ahora sólo hay que dejar atrás el sentido del ridículo y protegerle de sus peligros, tal y como corresponde a un dueño responsable. Vergüenzas fuera.
Deja tu comentario