Hay muchas similitudes entre una mano humana y una perruna. Los nombres cambian, pero fundamentalmente es lo mismo. 𝘼𝙢𝙗𝙤𝙨 𝙙𝙞𝙨𝙥𝙤𝙣𝙚𝙢𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙘𝙞𝙣𝙘𝙤 𝙙𝙚𝙙𝙤𝙨, que en caso de los perros está definido como «𝙖𝙡𝙢𝙤𝙝𝙖𝙙𝙞𝙡𝙡𝙖» la parte más dura y callosa que está en contacto con el suelo. Pero solo cuatro de ellos tocan el suelo, el quinto ya que se encuentra en el lateral interno de la pata a unos centímetro por encima del resto. Es el llamado «𝙚𝙨𝙥𝙤𝙡𝙤́𝙣», un vestigio de su pasado como animales salvajes que les ayudaba en una mejor sujeción y estabilidad ante terrenos pedregosos.

Este dedo aparece siempre en las patas delanteras, pero no siempre es así en las traseras. El espolón trasero puede o no aparecer, dependiendo de los 𝙧𝙖𝙨𝙜𝙤𝙨 𝙜𝙚𝙣𝙚́𝙩𝙞𝙘𝙤𝙨 del animal. La tendencia es que vaya desapareciendo, ya que es un dedo que no está unido al resto de los dedos por hueso, pero en algunos casos este espolón puede ser incluso doble. La falta o el tener un espolón trasero no es garantía de la pureza de nuestro pequeño, ni le va a afectar de modo alguno a su salud.

Eso si, este quinto dedo sigue teniendo una uña, que crece de manera natural y puede ser motivo de molestias si no lo cortamos de manera habitual. Esta uña no se desgasta como las demás por la fricción por el suelo, y puede parece que crece más rápido. Hay que tenerlos vigilados para que no crezcan tanto que puedan dar la vuelta y clavarse en la propia pata del animal.

Si no sabeis cómo cortar las uñas a vuestros perros, en nuestro video de youtube podrás encontrar una explicación pormenorizada.